
El pasado jueves, una multitud de ciudadanos y ciudadanas de Madrid impidieron, con su presencia rebelde, el cierre del EPA El Patio
Maravillas. Desde ese día alegre, el silencio pretende imponer su presencia en El Patio y en la ciudad.
Ni la propiedad, ni la Delegación del Gobierno, ni el Juzgado nº. 48 que lleva el caso del Patio Maravillas, ni el Ayuntamiento… han dicho una sola palabra sobre lo sucedido. Callan para que nosotras y nosotros callemos. Para matarnos silenciosamente.
Pero sabemos algo que ellos no saben, porque ya nos hemos mirado a la cara, porque ya hemos estado juntos. Sabemos que esta ciudad no se puede vivir sin nosotros y nosotras. Por eso salimos a parar el desalojo del Patio Maravillas. Porque sabemos también que nos tienen miedo, que la ciudad no es suya, sino nuestra. De la gente. No de los que ponen hipotecas, sino de las hipotecadas y los alquilados y las que ocupan…
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